Aunque en el mundo se viven múltiples realidades, podría pensarse que en los países “primermundistas” los derechos como la igualdad imperan y se respetan, pero no es así de ninguna forma. En Estados Unidos la igualdad entre hombres y mujeres no es una ley que esté inscrita en la constitución.
La lucha para que la equidad de género sea una ley en dicho país data desde 1923, empero, después de casi un siglo no ha habido grandes avances al respecto. Kate Kelly es una abogada estadounidense que reside en Washington, cuya labor en los últimos años ha sido promover la inclusión de dicha ley en la constitución de su país.
Kate Kelly refiere que la cantidad de años que la propuesta ha sido rechazada se debe al desinterés que existe alrededor de ella, “a la gente no le importa”, menciona. Sólo cuando exista mayor presión por parte de todos, y no sólo de los grupos feministas, podrá lograrse un avance.
Para aprobar la enmienda se quiere que el Congreso la vote con dos tercios de mayoría y que 38 de los 50 Estados la ratifiquen. El primer requisito ya se obtuvo en 1972 y el segundo está detenido debido a una serie de tecnicismos legales.
Ahora bien, el presidente actual de Estado Unidos, Joe Biden, se ha promulgado a favor de la aprobación de la ley, mas dejó el tema en manos del Capitolio, lo cual podría significar la anulación de los votos en el congreso dados en 1972, aunque los grupos feministas insisten que la votación de ese año continúa siendo válida.
La abogada Kate Kelly concluye que el conservadurismo y el patriarcado siguen rigiendo su país, de ahí que la ley siga pausada desde hace tiempo. Ella misma ha tenido que enfrentarse directamente con el machismo en la sociedad y ha destruido sus propios prejuicios para abrirse a un mundo donde las mujeres no tienen papeles secundarios: fue excomulgada de su religión, terminó con su matrimonio y se reconoció abiertamente homosexual.
Fuente:
