¿La prostitución es un trabajo?

¿Quién es el patrón contra el que quiere luchar el sindicato de trabajadoras sexuales? ¿El putero? ¿El proxeneta?

Amelia Tiganus

La prostitución es un tema sumamente delicado, el cual ha causado mucha polémica a lo largo de los años, incluyendo hoy en día. Así como hay mujeres que están orgullosas de ser prostitutas, ya que han elegido este estilo de vida, también hay quienes no tuvieron elección, y por mera necesidad o por trata de blancas, llegaron a este campo. Lamentable.

En España, la prostitución se quiere legalizar. Se quiere crear un sindicato, de manera que ya no sea ningún trabajo ilícito.

Tal opción ha causado demasiada controversia, y ha dividido opiniones. Ahora nos enfocaremos en el juicio de Amelia Tiganus, ex-prostituta y víctima de la trata de personas, y quien se opone rotundamente a su legalización.

«Es peligroso hablar de un sindicato como lo es hablar de legalización. ¿Sabes quiénes son los más interesados en esa supuesta legalización? Los proxenetas, porque pasarían de ser explotadores sexuales a ser empresarios con trabajadoras o trabajadores a los que, como mucho, encubrirían cualquiera de sus actuaciones bajo el manto de la explotación laboral, que no es lo mismo que la sexual. Y eso no puede ser, no es lo mismo pasar la escoba que ser penetrada por un desconocido. La prostitución no puede considerarse un trabajo porque tiene muchas connotaciones detrás. Para empezar, la marginación.»

Actualmente, Amelia tiene 34 años, es feminista y vegana; labora en Feminicidio.net como coordinadora de la plataforma de formación online, y del proyecto de formación, prevención y sensibilización sobre prostitución, violación sexual y trata de blancas, así como de distintos tipos de violencia contra las mujeres.

Originaria de Rumanía, llegó a la ciudad de Alicante, España, con apenas 17 años. En aquélla edad y con las condiciones deplorables en las que se encontraba viviendo en su país natal, creyó que la prostitución era una opción viable para ella, pues consideraba ganar 300 euros, sin embargo, después cayó en la cuenta que ya le debía a su proxeneta 3,000 euros. También corroboró que es mentira obtener el 50 por ciento del servicio.

Así fue como escapó de su primer proxeneta, no obstante, siguió atrapada en la red prostitucional que atrapa a las niñas y mujeres, obligándolas a ir de prostíbulo en prostíbulo. Tiene pocos años cuando, realmente, pudo librarse de esa red, comenzando su activismo en contra de la trata y la explotación.

De hecho, quedó sorprendida de manera triste, al saber que la prostitución se incluye en el PIB y supone ingresos de cinco millones de euros.

«Toda esta situación de trata de mujeres, ¿se soluciona con un sindicato? Existe uno en Francia, otro en Holanda, pero no funcionan como tales y la situación tampoco cambia.»

«Seguimos igual, sin que se nos garanticen los derechos. Todo este mundo es muy complejo y no podemos simplificarlo ni normalizar lo que es la prostitución. Tampoco podemos dar barra libre a que los hombres no cuestionen su sexualidad y consideren a las mujeres un artículo más, como si no fueran personas. La legalización tiene ese riesgo y no se trata de un peligro menor para nosotras.»

@reinasdelaselva

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