«Cuando nos escuchamos las unas a las otras somos un poquito más libres. Cuando nos concientizamos de las distintas opresiones que sufrimos, somos un poco libres.»
Cada día, más mujeres despiertan la voz que llevan dentro, gritando a los cuatro vientos «¡libertad!», cada día, más mujeres saben lo que se merecen y lo que valen, cada día más mujeres se dan cuenta cuán poderosas pueden llegar a ser. No importa la religión, raza, grupo étnico, país o sociedad, las mujeres de todo el mundo están levantando la voz.
Ahora es el turno de Rosa, Iman e Iliana, tres chicas de Ciutat Vella, Barcelona, que se encuentran en la aventura de evitar la marginación en sus vidas, así como en la de millones de mujeres más. Las tres son migrantes, cuyas vidas han estado llenas de prejuicios, tabúes y discriminación, como mujeres, inmigrantes y pobres.
El proyecto en el cual se encuentran inmersas es sobre serigrafía –técnica que consiste en estampar un tejido mediante el uso de tinta y una malla–, cobra fuerza cuando lo que se impregna en las telas son frases sobre empoderamiento femenino, frases que refuerzan a la mujer y la revitalizan, frases como «las mujeres por la dignidad indígena» o «este cuerpo es mío, no se toca, no se mata, no se viola».
Al ser inmigrantes y por demás cuestiones (no razonables), Iman e Iliana no cuentan con un trabajo estable o bien remunerado, por lo que buscan en este proyecto una fuente de ingresos, estabilidad y libertad.
El trío quedó marcado por la maravillosa experiencia que presenció el 8 de marzo del año en curso, describiéndolo como algo «mágico» ver a tantas mujeres unidas, luchando por una misma causa. Además que, sus diseños encantaron a miles de personas. El movimiento 8M definitivamente ayudó a que el proyecto de Rosa, Iman e Iliana cobrara fuerza y reconocimiento.