Lamentablemente, no son de extrañar, los casos de violencia e impunidad que se han suscitado en nuestro país. Es sabido a voces, incluso a gritos, que México es un país golpeado por la corrupción, violencia, feminicidios y desigualdad de clases sociales. Uno de los casos que hicieron más notorio aún, el gobierno corrupto en el que vivimos, fue el caso de Silvia Vargas Escalera, una joven secuestrada y asesinada en el año 2007, por la banda de Los Rojos.
Diez años de lucha e impunidad
Han pasado diez años desde que esta joven, de tan sólo 18 años, fue secuestrada, mientras se dirigía a su escuela, y nueve años desde que encontraron sus restos en la calle Bellavista de la delegación Tlalpan. Los años corren, y Nelson Vargas, padre de la víctima y exdirector de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), sigue exigiendo justicia para su hija, a la Procuraduría General de la República (PGR), debido a que aún no se han condenado a la mayoría de los agresores, además de que sus abogados están haciendo uso de políticas, en materia de derechos humanos, que antes no existían, y ahora benefician más a los propios agresores que a la víctima, como recursos de amparo.
Nelson Vargas recientemente dijo en una conferencia de prensa: “entiendo, no soy el único, en el país hay más de diez mil desaparecidos. Yo, a diferencia de muchos, tengo el poder de llamar a los medios, tengo un cuerpo de abogados y aun así no tengo justicia por mi hija”.
Así como el caso de Silvia, sigue habiendo diversos casos más cada día, en donde una mujer, una hermana, una amiga, una hija, ya no regresan a casa. El caso de Silvia Vargas, gracias a su posición económica, ayudó a destapar el gobierno corrupto y asesino en el cual yace México. Hoy nos damos cuenta que ni el dinero puede impedir la privación de la vida y, a pesar de tener las armas para ser escuchado, no lo eres. Así es como hoy, Silvia Vargas, se convierte en la voz de muchas.