«Descanse en paz, Inocenta Ortiz Siana. Nació el 28 de diciembre de 1948, fue asesinada inocentemente por el ejército de Guatemala el 4 de marzo de 1982, acusada de algo que no debía.» – Lápida en donde reposa el cuerpo de Inocenta Ortiz.
Guatemala sufrió una guerra que duró nada más y nada menos que 36 años, conflicto armado que tuvo como consecuencia varias desapariciones y 200,000 muertes. La Guerra Civil de Guatemala inició a principios de la década de los 60’s, tras un fallido golpe de Estado, que pretendía derrocar a Miguel Ydígoras Fuentes. La guerra finalizó en 1996.
Una de las tantas muertes injustas que dejó la Guerra Civil, es la de una indígena llamada Inocenta Ortiz, que fue secuestrada junto con su hijo de un año de edad, el 27 de febrero de 1982, por el mismo ejército, quienes le levantaron falsos cargos de pertenecer a una guerrilla. Así, sin más, la asesinaron a ella y a su pequeño niño, dejando sus restos al norte de la capital de Guatemala, en la comunidad de San Juan.
El caso se cerró 35 años después, cuando los restos fueron exhumados en el año del 2015, por el Centro de Análisis Forense y Ciencias Aplicadas (CAFCA). Ese mismo año, se realizó el velorio de Inocenta Ortiz, junto a su pequeño.
Otro hecho que lo hace más lamentable aún, es saber que Inocenta dejó a cinco hijas huérfanas. Estas niñas fueron separadas, pues fueron adoptadas por diferentes personas, debido a que la familia tuvo miedo de recibir amenazas de muerte por parte de los militares.
Cuatro de las niñas se reencontraron 30 años después, sin embargo, una de ellas sigue sin ser encontrada. El día del funeral, dos de ellas asistieron, aprovechando la ocasión para meter demanda al Estado de Guatemala, para una justicia integral.
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