“La educación de la mujer no puede llamarse tal educación, sino doma, pues se propone, por fin, la obediencia, la pasividad y la sumisión.”
Emilia Pardo
Una de las mujeres más importantes en la literatura española, Emilia Pardo, la aristócrata que defendió los derechos de las mujeres, a pesar de que fue víctima de la intransigencia de la época, pese a ser pionera como catedrática universitaria, y la primera corresponsal en el extranjero.
Emilia Pardo Bazán nació el 16 de septiembre de 1851, en La Coruña, hija única del Conde José Pardo Bazán y Mosquera y Amalia de la Ría Figueroa y Somoza; durante su infancia recibió una educación esmerada y estricta, por lo que se volvió una lectora tenaz desde los ocho años, a los nueve compuso sus primeros versos, y a los quince su primer cuento: «Un Matrimonio del Siglo XIX», el primero de los 600 que publicaría a largo de su vida.
Se casó a los 16 años con un abogado gallego, en 1883 publicó «La cuestión Palpitante», una recopilación de artículos en torno al naturalismo, abanderado por Émile Zola, en los que defendía el realismo literario español, una visión determinista marcada por el ateísmo, algo considerado impropio para una dama. Llegó al punto que su esposo, le pidió que dejara de escribir sobre esos temas.
Pardo Bazán era una mujer con enorme curiosidad por lo novedoso. De manera especial, procuraba estar al tanto de los avances que se estaban produciendo en la ciencia, y defendía que las mujeres deberían tener acceso a la educación, para poder participar, pues le molestaba que prefirieran limitarse a ser meras usuarias de una tecnología que no se detenían a comprender.
A pesar de que en esa época a las mujeres no se les permitía asistir a la universidad, fue nombrada en 1961 catedrática por la Universidad Central de Madrid, aunque tuvo que sufrir el boicot de los demás profesores, e incluso de los alumnos, que se negaban a asistir a una clase impartida por una mujer.
En sus novelas, siempre buscó retratar a las mujeres reales tras el cambio social. En el libro «La Tribuna» publicada en 1883, describió con detalle la dura vida de las mujeres trabajadoras de una fábrica de cigarros, de Marineda.
En 1921, una complicación con la diabetes que padecía, le provocó la muerte. A pesar de haber logrados ser la primera presidenta de la sección de Literatura del Ateneo de Madrid, jamás la Real Academia le abrió sus puertas.