“(…) Me gustaría que no hubiese este trato hacia la mujer, un cambio en la justicia y también en la sociedad. Parece que por ser mujer no te puedes defender.”
Yakiri Rubio
Yakiri Rubí Rubio, una víctima más del deficiente sistema penal de nuestro país, acusada a sus veinte años como asesina por defenderse de su violador, encarcelada por 18 meses y sólo después de 30 audiencias quedó absuelta del delito de homicidio. Un caso más a la larga lista de mujeres que han pasado por algún casi similar, pero sin tener la misma oportunidad.
El 9 de diciembre de 2013, Yakiri fue violada y agredida en la colonia Doctores saliendo de su trabajo, los hermanos Ramírez Anaya la obligaron a subir a su motocicleta amenazándola con una navaja para llevársela al hotel Alcázar y abusar de ella sexual y físicamente; uno de los hermanos (Luis Omar) salió de la habitación para dejar a Yakiri con Miguel Ángel, él planeaba asesinarla y no dejar rastro del delito; sin embargo, no contaba con que la joven se defendería, hasta el punto de cortarle la yugular; el violador salió de la habitación y falleció frente a su casa.
Yakiri sale nerviosa de la habitación y llega a un Ministerio Público, dónde al parecer nadie le creyó; y entre los mismos trabajadores ya se rumoraba que ella era la amante y había cometido el homicidio por celos; que, aunque parezca increíble, en los medios amarillistas, la de ocho se podía leer con el encabezado “Prostituta mata a su amante”, algo que su defensora Ana Katiria Suárez defendió, para que el caso se diera a conocer como realmente era.
En 12 meses, entre audiencias, pruebas y el mal sistema penal con el que contamos en México, la abogada logró que todos los medios, su familia, la sociedad, y las diversas organizaciones se movieran a favor de la Yakiri, la verdadera víctima de esta injusticia. Ana Katiria, expresa en su libro “En legítima defensa”, que desgraciadamente a la gente no se le informa cómo funciona la ley, y es por eso que los timan desde el momento en que van a declarar.
Muchas organizaciones feministas, de derechos por la mujer y claramente de derechos humanos, estuvieron apoyando a Yakiri hasta el día que quedó en libertad; dejando en claro que, en este país, solo por ser mujer, te pueden acusar y encarcelar más rápido, por no creerles sus derechos como ciudadanas, y la segunda, que es necesario seguir luchando porque la ley se aplique correctamente, y no queden en libertad los verdaderos culpables.
Tras salir de la cárcel, Yakiri Rubío se volvió una activista que vela por los derechos de la mujer y está al tanto de lo que sucede con las personas que, como ella, ha sido tratadas injustamente por el sistema penal mexicano.