El 90 por ciento de las denuncias de violencia y maltrato hacia la mujer quedan impunes, una injusticia bárbara que es reflejo del sistema discriminatorio y excluyente que aún permanece dentro de las sociedades. Esa epidemia, que aún no se logra erradicar, sigue invadiendo la mentalidad de las personas.
Ahora Juana Rivas está enfrentando las penas de la injusticia, pues al enfrentar juicios en contra del padre de sus hijos, denuncia hecha por maltrato, el juez ahora la quiere condenar a ella a cinco años de prisión.
Juana se mudó a España en el 2016, debido a los malos tratos que su esposo, proveniente de Italia, Franceso Arcuri, tenía con ella y sus hijos. Su plan era no regresar nunca a Italia, y alejar a los niños lejos del violento padre. Cabe destacar, que Arcuri enfrentó cargos por lesiones en el 2009, prueba inefable de su actitud inestable y violenta.
Desde el 2016, cuando Juana Rivas llegó a España, denunció a su esposo, con el fin de mantener a salvo a los hijos, sin embargo, todo salió al revés, cuando el juez dictaminó que los menores tenían que estar en manos de su padre. La madre, naturalmente, se negó. El juez la castigó con una condena de cinco años de prisión, por desobediencia.
«Soy madre y he venido escapando del maltrato, ¡cómo los voy a entregar!»
Ahora, los hijos de Juana están con el padre violento, mientras ella enfrenta la tremenda injusticia de la que ha sido víctima.