“No estaba tan tirada a la calle como para que nadie se fijara en mí. Pero yo no quería vivir esclavizada bajo el yugo de un hombre. Y ahí están las dos hijas, gracias a Dios.”
Evangelina Corona
El terremoto del 85 cambió al México que hoy conocemos; esa mañana del 19 de septiembre no fue un día ordinario como los anteriores: edificios derrumbados, gritos, pánico y mucha gente desaparecida, fue tan solo una minúscula parte de lo que sucedió en esa tragedia.
Muchas personas de todas partes participaron como socorristas, entre ellos, Evangelina Corona, una costurera que al llegar al edificio de 11 pisos donde vivía, solo encontró los primeros cuatros pisos, muchas de sus vecinas y compañeras del trabajo, quedaron aplastadas entre los escombros.
Sin pensarlo, ella ayudó a los afectados, “¡no se apachurren!” y “¡dejen pasar!” gritaba Doña Eva durante ese 19 de septiembre. Jamás ella imaginó lo que vendría después de esa tragedia.
Evangelina pasó de ser una costurera a legisladora, y todo gracias a su esfuerzo y honestidad sin censura; ella ha defendido lo que es justo, sin temor al poder o la crítica, se ha caracterizado por sus comentarios llenos de vivencias, que le costaron toda su vida; representa a la verdadera mexicana, aquella que se levanta muy temprano para trabajar y darle una vida digna a la familia, sin la necesidad de un hombre, bien lo digo: “porque yo quería saber lo que es eso” y de esa manera sacó a sus dos hijas adelante.
En el 2007, pudimos entender, de la mano de Evangelina, lo que realmente pasó durante su vida, incluyendo lo del 85; la publicación de su libro “Contar las cosas como fueron”, una ventana tan clara que nos permite conocer su vida como costurera, además de la crítica a un país, con un sistema de explotación laboral.
Actualmente podemos ver a Doña Eva con bastón en mano, defendiendo a los que menos tienen y a las mujeres que, como ella, salen adelante sin un hombre que les ayude, inauguró una guardería para las madres trabajadoras, igual se ha opuesto a varias reformas constituciones y se preocupa por el medio ambiente, proponiendo leyes que ayuden a estos tres problemas que acuña la capital.
Una mujer llena de poder, dedicación, pero sobre todo, sencillez y honestidad, que la han caracterizado, y que ha tenido el apoyo de muchos mexicanos.