Debido al sismo ocurrido el pasado 19 de septiembre, con una magnitud de 7.1 grados; en la Ciudad de México colapsaron 44 edificios y 180 personas fallecieron. Entre los edificios colapsados se encuentra una fábrica ubicada en la colonia Obrera de la Ciudad de México, dedicada a la actividad industrial.
A causa del terrible sismo, la ciudadanía reaccionó de manera solidaria ayudando a rescatar gente, animales y cuerpos de los escombros. Pero hubo un grupo que destacó de los demás: La Brigada Feminista, cuya labor es simple: ayudar y rescatar a personas de escasos recursos. Sus esfuerzos se volcaron en la fábrica derrumbada en la colonia Obrera, sabiendo que ahí la mayoría de sus empleados eran de sexo femenino y de situación precaria. Llegaron mujeres de todos lados a ayudar inmediatamente, con equipo y herramientas, a quitar escombros.
La Brigada Feminista lamenta saber que los dueños de la fábrica no contaban con información exacta sobre sus empleados, porque durante la labor de rescate no se tuvo información concreta sobre los nombres, nacionalidad, o el número de personas que laboraban en la fábrica, la mayoría mujeres, indocumentadas y con nacionalidad centroamericana y asiática. Al final se dice que todos los cuerpos y personas fueron rescatadas, pero, ¿cómo se asegura la veracidad de estos datos, al no contar con la información comprobable? Esto ha causado mucha indignación, porque demuestra que los propietarios de la fábrica no se interesan por sus trabajadoras y prefirieron levantar escombros usando maquinaria, a seguir buscando personas con vida o los cuerpos.
Gracias a la fuerza de estas mujeres, se defendieron los derechos de algunas personas que no tenían voz en esta sociedad.