María Sabina, de la fama al olvido

“Se han hecho ricos conmigo, mientras yo me muero de hambre.”

María Sabina

María Sabina Magdalena García, nacida en Huautla de Jiménez, municipio de Oaxaca, el 22 de julio de 1894. Mujer sabia que curaba males y enfermedades con ayuda de  hongos alucinógenos o «niños santos», como ella les decía.

María Sabina se hizo conocida en 1955, época de los hippies. El norteamericano Robert Gordon, especialista en micología  –estudio de los hongos– viajó a Huautla en busca de los hongos llamados Ndi-xitjo, hongos que sólo crecen en esa parte de Oaxaca. Robert Gordon sacaría después un libro titulado «Les champignons hallucinogenes du Mexique», el cual le concedió fama internacional, tanto a él como a María Sabina.

Todos querían conocer y experimentar el «viaje» de los «niños santos». Diversas personalidades como Aldous Huxley, Walt Disney, The Beatles, Bob Dylan y The Rolling Stones, acudieron con Sabí –como le decían de cariño–para que les diera a probar de estos hongos.

Fue conocida, pero nunca reconocida monetariamente. Siempre vivió en la miseria, y la gente se colgó de su nombre famoso para nombrar restaurantes; inclusive el mismo Wasson, grabó en una ocasión uno de sus cantos y rezos, con él hizo un álbum en Estados Unidos: Folkways Records Album No. FR 8975. Copyright (c) 1957 By F. Records Service. Corp. 165w46 St. NYC. USA, “MUSHRROM CEREMONY OF THE MAZATEC INDIANS OF MEXICO”, Recorded by V.P. & R.G. Wasson at Huautla de Jiménez, Oax.

Del disco, María Sabina no recibió ninguna ganancia, además, nunca dio autorización de ser grabada.

En el año de 1979, se realizó un documental de María Sabina, el cual muestra cada ritual que ella empleaba, incluyendo cantos y el nombramiento de fuerzas e identidades que eran convocadas para curar los males de sus pacientes.

La película, realizada por Nicolás Echeverría, compensó a Sabí con tan sólo 25 pesos. La hermana del presidente, Margarita López, fue quien la visitó para anunciarle sobre la película planeada: “María Sabina, admiro tu sabiduría, he oído hablar de tus curaciones, de tu mundo mágico. Y vengo a aprender de ti. Vamos a filmar una película de tu vida y vivirás igual que yo, no te faltará nada». Sabina acudió a la premiere, sin embargo, a su regreso, se quedó en el olvido. Misma razón por la que le escribió una carta a Margarita López, la cual fue traducida con ayuda de Juan García, el 6 de mayo de 1981:

“Yo no sé si usted ya se olvidó de mí, porque al igual que otros me tienen sin comunicación, ya que de mi película sólo obtuve $25.00. Y yo no sé como estuvo el asunto entre usted y el señor Álvaro Estrada, porque él fue quien me dio la cantidad antes mencionada. Y cuando regresé a mi tierra natal de Huautla, no tuve ni para tortillas en la población de Teotitlán. ¿En dónde están los fondos recaudados por mi película?”

También ha sido utilizada con fines políticos, pues en cada campaña electoral, era visitada y llevada a mítines, su casa resultaba atiborrada de propaganda del PRI.

María Sabina ha sido nombrada en la literatura por escritores como Elena Poniatowka, en su novela «La piel del cielo», y Sandra Cisneros en el título «Caramelo». Además, fue llamada “la más grande poeta visionaria de América Latina», por el poeta Homero Aridijis, en el siglo XX.

A su falta de educación, por no saber leer ni escribir, y por la codicia, avaricia y egoísmo de la gente, siempre fue engañada. Le prometieron cientos de veces que su vida cambiaría si ayudaba con investigaciones, libros, documentales, películas. No obstante, nunca recibió la remuneración y reconocimiento justo por su labor.

“Comí los hongos por primera vez a la edad en que a los niños se les caen los dientes. Entonces había muchos y caminaba sobre ellos. Fue como una tortilla y un juguete para mí… Cuando me encendieron, cuando vi su realidad, cuando los empecé a dominar, tenía 30 años. Mi hermana María Ana estaba enferma. Esa vez tomé 30 pares de derrumbes y la curé… Los ‘niños santos’ me dieron un libro y me dijeron; estudia nuestra sabiduría, ahora estás más arriba y ya no puedes regresar… De pronto me vi envuelta en medio de muchos extranjeros, y me llevaron hasta la cárcel, me robaron todo… La última vez que tomé los hongos subí al cielo. Dios me dijo: ¿Qué andas buscando? Ya no comas más hongos, de lo contrario te vas a quedar en el camino y no vas a regresar. Sólo por compromiso los volví a tomar… Ya nunca más, ¿para qué? si ya me enseñaron el nombre de los ríos y de las montañas. Era cuestión de fe, y así curaba, siempre hice el bien, no el mal… No creo en el infierno, sólo las personas malas creen en ese mundo… A nadie le voy a heredar mi sabiduría, nadie se ha interesado en ello, ni mis hijas, porque nadie está dispuesto a sacrificarse en cuerpo y alma. Cuando muera, me voy a llevar a la tumba mis secretos. Lo que sé nadie lo va a saber, nadie es digno de ello… Ahora tengo pesadillas, estoy muy débil. Creo que hasta los hongos me van a matar… No guardo rencor ni odio a nadie, quienes me hicieron mal, allá ellos en su conciencia.” – María Sabina.

Falleció olvidada, en extrema pobreza, el 23 de noviembre de 1985.

@reinasdelaselva

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