“La mujer, está donde le corresponde. Millones de años de evolución no se han equivocado, pues la naturaleza tiene la capacidad de corregir sus propios defectos.”
Albert Einstein
La ciencia y las mujeres nunca se han vinculado por igual, la idea de que una mujer sea parte de investigaciones en campos como la química, la física o las matemáticas, sigue siendo un “imposible”, ya que, como se nos ha inculcado, estas áreas fueron “diseñadas” para los hombres.
A pesar de los años, la situación no ha cambiado, menos del diez por ciento de las mujeres, a nivel mundial, se desarrolla en alguna carrera en el área fisico-matemática, ya sea por la falta de oportunidad para ellas o por la opresión en la sociedad.
Pero no todo está perdido, a lo largo de la historia hemos tenido heroínas que han cambiado el mundo como lo percibimos, creando inventos, curas o descubriendo el universo; sin embargo, no podemos olvidar que no todas han sido reconocidas debidamente.
Es por eso que, en esta primera edición, hablaremos de Mileva Maric, la matemática que muchos aseguran es la coautora de la teoría del físico más famoso del mundo: Albert Einstein.
Mileva Maric nació en el año 1875, en Titel, ciudad de la actual Serbia. En ese tiempo pertenecía al Imperio Austro Húngaro. Sus primeros estudios comenzaron a la edad diez años; siempre destacando con altas notas en materias como física, química y matemáticas. Comenzó sus estudios universitarios en física y matemáticas, en el Instituto Politécnico de Zúrich, en un grupo de once alumnos, dónde conocería a su futuro esposo: Albert Einstein.
Mucho se ha rumoreado que la matemática realmente participó en la Teoría sobre la Relatividad, y que le terminaron dando el Nobel a Einstein, por cartas que ella le escribía a una amiga, con explicaciones como: “hace poco hemos terminado un trabajo muy importante que hará mundialmente famoso a mi marido”, antes de que ganará el premio; o cartas en donde el físico se expresa con “nuestra teoría y nuestros trabajos” dejando en duda la totalidad del crédito hacia él.
De igual manera, ha salido a la luz que Albert Einstein se basó en la tesis de Mileva para escribir sobre su teoría. Se sabía que el alemán no era tan habilidoso en las matemáticas como su esposa, por lo que se ha llegado a pensar que era ella quien le ayudaba a traducir las fórmulas.
¿Por qué la conocemos como la ex–esposa frustrada?
La respuesta es muy simple, al casarse con el físico, Mileva toma el papel de ama de casa, dejando sus estudios, para dedicarse plenamente a su familia, al cuidado de sus hijos, en especial al segundo, Eduard, quien sufría ataques de esquizofrenia, impidiéndole trabajar fuera de casa.
A pesar de ello, Mileva seguía ayudando a Einstein a preparar sus clases para la universidad, cuidando y educando a sus hijos, siendo la esposa perfecta, y sombra del Premio Nobel hasta su divorcio.
Sin duda alguna, una mujer con talento, nacida en una época equivocada.