Desde aproximadamente el 2019 el hashtag #FreeBritney comenzó a circular en redes sociales. Se trataba de una muestra de apoyo de los fans hacia Britney Spears, de un grito por la libertad de una mujer que desde el 2008 estaba bajo el dominio de su padre.
El caso de Britney Spears ha sido sumamente conocido por ser una mujer muy famosa y mediática. A lo largo de tantos años de carrera hemos sido testigos de sus cambios, sus altibajos y sus éxitos; inclusive, se volvió memorable la imagen de «Britney pelona» como un símbolo de decadencia.
Ahora bien, después de 13 años de tutela por parte de su padre Jamie Spears, recientemente logró su anhelada libertad; no es desmesurado plantearlo así, pues su progenitor controlaba cada aspecto de su vida, más allá de su patrimonio.
La tutela sobre su hija se la otorgó la corte, después de que ambos padres solicitaran la supervisión de Britney. La razón que guiaba su petición era la siguiente: argumentaron que ella era incapaz de decidir sobre sus actos a causa de problemas mentales. A partir de ese momento, la cantante dejó de tener control sobre su vida y sus problemas psicológicos se volvieron la mejor excusa para mantenerla dominada.
Britney no tenía decisión ni de su propio cuerpo, pues describe que era obligada a usar anticonceptivos y a tomar medicamentos en contra de su voluntad. Incluso hay testimonios que indican que su padre tenía intervenidas todas las llamadas que ella recibía y, además, había colocado micrófonos en su casa. Así pues, la palabra “privacidad” dejó de tener sentido para esta mujer.
Bajo el afán por recuperar su vida, en junio de este año, Britney Spears comenzó ante la corte el proceso para terminar con la tutela. Apenas hace unos días, el 12 de noviembre, las noticias presentaron una noticia que parecía irreal: la jueza de la Corte Superior del condado de Los Ángeles, Brenda Penny, aceptó la solicitud de Spears de terminar su tutela durante una audiencia judicial.

Es evidente que los problemas legales aún no terminan, empero, después de tanto tiempo, el hashtag #FreeBritney por fin cobró sentido. ¿Qué opinas de toda esta situación?
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