«Maté por amor»

María Ofelia Lombardo, una mujer originaria de Argentina, a sus 75 años se convirtió en asesina.
El día 14 de febrero de 1998 fue detenida por disparar 3 veces a la cabeza de su marido, Ricardo Domínguez, quien había sido diagnosticado con cáncer terminal.
Después de una vida llena de amor y un matrimonio feliz, ella decide ponerle fin a la vida de su esposo, su justificación fue no ver el sufrimiento mientras el cáncer lo acababa por completo.
Clasificaron a María Ofelia como sadomasoquista, sin piedad, neurótica, posesiva y narcisista.
Condenada a 12 años de cárcel, en abril del año 2000 salió de prisión por superar los 70 años, pero siguió cumpliendo su condena en arresto domiciliario, en el hogar de su hijo.

Todas las personas nacen con la capacidad de ejercer violencia, de igual forma se tiene la capacidad de controlarla y buscar soluciones como seres pensantes. Un asesino no nace de la noche a la mañana, tiene que existir algún daño mental previo, para que termine cometiendo un crimen.
Las cualidades de un asesino son: crueldad, falta de empatía y disfrutar del sufrimiento de otros, por el contrario una persona que ama, no tiene este tipo de sentimientos.
El amar a una persona no da el derecho de decidir por ella, no hay amor que permita acabar con la vida de alguien.

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