En junio de 2022 fue eliminado el derecho constitucional al aborto en Estados Unidos, la reforma es un retroceso que limita la libertad: moral, física y emocional del género femenino.
La Corte Suprema arrebató un derecho a millones de mujeres, con la primicia de “salvar la vida de miles de bebés”, ahora las madres que no puedan hacerse cargo de sus hijos podrán dejarlos en refugios seguros, conocidos como “Dropbox Babies” o buzones de bebés.
Una mujer puede ser detenida por abortar, pero no por abandonar a su hijo, esto demuestra que las autoridades no sólo se han convertido en incongruentes, sino también en organismo crueles.

Ante un panorama tan desalentador, han aparecido personajes importantes que protegen y cuidan los derechos humanos sin ningún tipo de prejuicio, uno de ellos es la enfermera Heather Burner, quien ha dedicado los últimos años en defender los refugios seguros para bebés.
Su lucha empezó cuando una joven de 15 años dio a luz en el baño de un hospital, para después dejarlo tirado en la basura. El recién nacido fue encontrado por Heather Burner, sin embargo, no fue posible salvarle la vida.
La joven negó ser la madre del bebé, quien se sospecha fue víctima de abuso sexual por parte de algún familiar. Heather Burner se convirtió en directora del programa Arizona Refugios Seguros y directora ejecutiva de Alianza Nacional de Refugios, según Burner las llamadas a dichas organizaciones han aumentado hasta un 300%, después de la prohibición aborto.

Una nota publicada por la Organización de las Naciones Unidas explica que “obligar a las mujeres a llevar un embarazo a término implica sufrimiento mental y físico equivalente a violencia de género contra mujeres y, en determinadas circunstancias, a torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes” dicha información fue respaldada por el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
Por su parte, la Alianza Nacional de Refugios (NSHA) informó que, los refugios se hanconvertido en el último recurso para las mujeres residentes de Estados Unidos. Esto es sin duda, un llamado para las autoridades norteamericanas, quienes se han mostrado retrogradas y menos humanas.