El nombre de Elvia Carrillo Puerto va acompañado por tres palabras: perseverancia, inteligencia y empatía. Su trabajo por los derechos de la mujer la hizo merecedora al título de “monja roja del Mayab” y es por ella que existe el voto femenino en México.
Nació un 30 de enero en Yucatán, sobre su infancia se conoce muy poco, algunas biografías se refieren a ella como autodidacta y alumna ejemplar de la poeta Rita Cetina Gutiérrez.
Elvia siempre fue una mujer brillante, perseverante, pero sobre todo valiente. Participó activamente en varias conspiraciones en contra de la dictadura de Porfirio Díaz, después de la revolución fundó la primera organización campesina de la península de Yucatán.

Gracias a su vida política y campesina pudo descubrir las diferencias sociales que existían entre el sexo masculino y femenino. Desde entonces empezaría una lucha con perspectiva de género, se convirtió en fundadora de la “Liga Feminista Campesina Rita Cetina”, llamada así en honor a su primera maestra.
En 1915 comenzó a trabajar de la mano de Salvador Alvarado, quien en era gobernador de Yucatán. Ambos compartían las mismas ideologías en pro de los derechos de la mujer, fue así como Elvira comenzó a participar en distintos congresos exponiendo sus ideas, pero también escuchando las inquietudes de sus congéneres.
Algunos de los temas más importantes a tratar eran: el derecho al voto, maternidad y la libertad de las mujeres. Su activismo político hizo que, en 1923, se convirtiera en una de las primeras mexicanas en ser diputada de un congreso local.
Durante esa época comenzó a sufrir los primeros ataques y amenazas por parte de algunos opositores, razón por la que decidió abandonar el puesto y luchar desde su trinchera.
Sin embargo, esto no fue suficiente y tuvo que escapar a la Ciudad de México, bajo la protección del entonces presidente Álvaro Obregón. En 1931 expuso ante un congreso la idea del sufragio femenino, pero no obtuvo el apoyo suficiente para lograrlo. Fue hasta el gobierno de Miguel Alemán Valdés cuando se aprobaría el derecho del voto a la mujer.
Gracias a ella también sería modificado el artículo 34 de la Constitución, en el cual se estableció la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres. Elvia Castillo Puerto murió en el verano de 1968.