“El niño mirará al mundo, la niña mirará al hogar” esta frase mostraba una de las ideologías más violentas que componían al franquismo: la represión de la mujer. Durante 1958, la Sección Femenina Franquista hizo público los “principios a no olvidar”, los cuales eran una serie de mandatos y obligaciones impuestos al sexo femenino.
Conocida como la SF, fue creada en Madrid durante 1934, bajo el mando de Pilar Primo de River. El principal objetivo de la organización era educar a la mujer, bajo las normas impuestas por la dictadura. Las españolas debían ser sumisas y dóciles, con respeto al régimen y a la masculinidad.

Las mujeres vivieron una doble dictadura: en las calles y en su casa. La SF funcionó como método de control en favor del género masculino. Algo de lo que nunca habla la historia, es que Franco se encargó de eliminar por completo las libertades y derechos de las mujeres.
Algunos de los principios a no olvidar eran:
“Escúchale, déjale hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos”.
“Recuerda que él es el amo de la casa”.
“En cuanto respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordad tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad de dormir, que sea así, no le presiones o estimules la intimidad; si tu marido sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer; cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar”.

Una mujer no podía estar sola en la calle y menos comprar comida con dinero propio, ya que esa era una tarea de los hombres. Durante esa época las mujeres fueron consideradas como seres no pensantes, pues la razón e inteligencias eran cualidades masculinas. Por 40 años, el régimen franquista esclavizó y manipuló a las mujeres, mientras las rebeldes, eran encarceladas, torturadas y fusiladas.
@reinasdelaselva