La violencia hacia las mujeres siempre ha sido una realidad, que está plasmada en cada suceso histórico, económico, político y cultural de la humanidad. Sin embargo, la violencia que sufren las mujeres en Medio Oriente es de un nivel desgarrador. Los matrimonios forzados, la violencia doméstica, los asesinatos por honor, violaciones, desposesión, mutilación y esclavismo. Son algunas de las acciones que han utilizado para denigrar el valor del sexo femenino.

Según datos proporcionado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Afganistán es el lugar número 157 de 162 países, con mayor desigualdad de género. El dolor y sufrimiento para las mujeres afganas era un secreto a voces, una ventana que todos veían sin atreverse a entrar. El silencio marcó la vida de muchas de ellas.
El 17 de agosto de 2021, cientos de mujeres salieron a las calles de Kabul para exigir sus derechos y recuperar su libertad, además de visibilizar las prohibiciones y mandatos impuestos por los talibanes. De inmediato comenzaron a circular videos y fotos en redes sociales, el mundo entero volteó a ver por unas horas el movimiento feminista que explotaba en Medio Oriente.
Mientras ellas protestaban, se podía observar cómo eran custodiadas por un talibán armado con un fusil. Este acto de valentía es la síntesis de una vida llena de sometimiento. ¿Cuántos horrores habrán sufrido, para decidir que es mejor ser apuntada por un arma a tener que guardar un minuto más de silencio?
Esta manifestación es un golpe al ego talibán y un paso importante para derrocar un régimen que desde siempre ha resultado arcaico. Los talibanes quieren imponer una serie de mandatos para las mujeres, como el uso la obligatorio del burka, la prohibición para estudiar, trabajar, reír en público, elegir sus relaciones afectivas, y además una nula participación en la política.
@ReinasdelaSelva