Recientemente se celebraron los Juegos Olímpicos de Tokio, un suceso deportivo esperado por todos en el mundo; un evento que nos muestra las posibilidades del cuerpo humano, la resistencia, la preparación, en fin, todo un espectáculo. Aunque no siempre fue como ahora, pues la participación femenina se permitió por vez primera en París 1900 y fue hasta Londres 2012 que en todas las delegaciones deportivas había mujeres. Se trató de un largo camino en la búsqueda de la igualdad, recorrido que inició con Alice Milliat.
Los Juegos Olímpicos fueron creados por hombres para hombres, la única labor de las mujeres en ellos era condecorar a los ganadores: la desigualdad reinaba y la exclusión también. Fue entonces que Alice Milliat se propuso promover la participación femenina en las justas olímpicas; ella nació en Francia en 1884 y estudió para ser maestra, pero desde pequeña practicaba diversos deportes y poseía una gran inteligencia, además aprendió a hablar 7 idiomas.
Fue en 1894 cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) fue creado por el barón Pierre de Coubertin, quien se oponía rotundamente a la inclusión de las mujeres en el deporte. Ante la constante negativa del COI, Milliat decidió organizar en París sus propios Juegos Olímpicos Femeninos, fueron tan exitosos que en 1926 repitió la hazaña en Suiza con más participación y asistencia, lo que demostró el gran interés que había hacia el deporte practicado por mujeres.

Fue hasta Ámsterdam 1928 cuando se logró una verdadera participación femenina en los Juegos Olímpicos, ya que asistieron cerca de 300 deportistas. En ello intervino la presión de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), que temía la consolidación de los Juegos Olímpicos Femeninos y negoció con Milliat los términos del acuerdo. En ese momento Alice Milliat también se convirtió en la primera mujer en ser parte del jurado olímpico. No contenta con la poca atención de los Juegos del 28, decidió realizar, en 1930 y 1934, los Juegos Mundiales Femeninos en Praga y Londres, respectivamente.
A partir de 1976 el crecimiento de la participación femenina en las justas olímpicas fue en ascenso. Ahora, por ejemplo, Tokio 2020 se convirtió en los primeros Juegos Olímpicos donde México participó en más categorías femeniles que varoniles.
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