El número oficial de desaparecidos jamás se va a comparar con el número de emociones y sentimientos que pueden sentir las familias ante la pérdida, especialmente las madres que sufren ante la falta de un hijo. Quizá el último caso más sonado fue el de Marisela Escobedo, quien impactó al mundo entero gracias a las investigaciones que hizo para saber el paradero de su hija.
Pero vayamos más atrás, especialmente a los años 70 donde el conflicto político mejor conocido como la guerra sucia, dejó una gran cifra de desaparecidos y muertos sin identificar.

Martha Murillo de Gaxiola fue una mujer que dedicó su vida a la búsqueda de su hijo Oscar César Gaxiola Murillo, líder estudiantil y preso político en Sinaloa, quien desapareció el 9 de marzo de 1978. Fue entonces cuando Martha se unió a un grupo de mujeres que también pedía justicia sobre el paradero de sus hijos. Juntas organizaron marchas, plantones y salieron a buscar a sus hijos a la calle, explorando cada zona, algo que las autoridades nunca hicieron.
Este grupo de mujeres es conocido como la Unión de Madres con hijos desaparecidos de Sinaloa, gracias a ellas se abrió la Fiscalía para la Investigación de Movimientos Políticos y Sociales del Pasado.

Martha Camacho Loaiza fue una joven arrestada en Sinaloa, estaba embarazada al momento de su detención, era miembro de la Liga Comunista 23 de septiembre. Fue torturada por más de un mes, además fue obligada a presenciar el asesinato de su esposo. Hoy Martha Camacho se ha convertido en la presidenta de la Unión de Madres con Hijos Desaparecidos. También es la primera y única víctima en recibir una disculpa por parte del Estado.