México es un país hermoso, pero igualmente trágico donde a diario desaparecen niñas y adolescentes que después de un tiempo quedan en el olvido. Sus cadáveres ultrajados son encontrados y sus rostros deshechos impiden su reconocimiento, por ello muchas de las veces nunca llegan a tener un nombre o algún familiar que llore su muerte.
Al terminar el 2020 en nuestro país al menos 12 mil 755 niños y adolescentes se encontraban desaparecidos, de los cuales más de la mitad eran niñas y jovencitas. Entre las entidades con mayor número de registros de desaparición se encuentran Estado de México, Tamaulipas, Jalisco, Puebla, Nuevo León, Chihuahua, Veracruz, Sonora, Coahuila y Guerrero.
Al carecer de un nombre que las identifique son nombradas con epítetos para recordarlas, “La beba de Aragón”, por ejemplo, quien el año pasado fue encontrada muerta dentro de una mochila abandonada bajo un puente en Valle de Aragón, Nezahualcóyotl.
La bebé permaneció casi 10 meses en el Servicio Médico Forense de Toluca, en espera de alguien que la reconociera, pero eso nunca pasó y después de un tiempo fue sepultada bajo el nombre de “Estrella” para que su lápida pudiera ser reconocida.
Otro caso similar es el de “La niña de las calcetitas rojas”, quien murió cruelmente asesinada por su padrastro, también en Neza en el 2017. Cuando llegó la hora de que los familiares fueran a reconocer el cuerpo a la Semefo nadie acudió, ni sus padres o algún familiar.
Así como éstos, hay muchos casos más donde la indiferencia y el olvido imperan, son muchas las niñas que quedan sin nombre tras su muerte y son sepultadas con nombres falsos.
Fuentes:
Reinasdelaselva 