Goeppert-Mayer, el Nobel fantasma

María Goeppert-Mayer nació el 28 junio de 1906 en Kattowitz, hoy Latowice, Polonia. Hija de Friedrich Goeppert y María Née Wolff, a los 4 años su familia decidió mudarse a Göttingen donde vivieron con el sueldo de su padre que era catedrático de pediatría y del cual tuvo una gran influencia en su vida y su carrera.

Su padre siempre la motivó a que aspirara a algo más y a no ser una mujer más de la época, quería que fuera algo distinto y la impulsó para que se desarrollara en la ciencia.

En 1921 ingresó a un colegio privado de preparación para la universidad y luego a Georg-August-Universität, mejor conocida como Göttingen.

Más tarde el físico Max Born la invitó a unirse a un seminario de física, lo que más tarde la llevaría a estudiar física cuántica y un doctorado en esos temas.

En su tesis calculó la probabilidad de que un electrón, orbitando el núcleo de un átomo, emitiera dos fotones de luz al saltar a una órbita más cercana al núcleo. Poco después se casó con el estadounidense Joseph Mayer que estudiaba un posgrado en la misma universidad.

Al poco tiempo la pareja ayudaba en el trabajo de Max Born cuando Hitler llegó al poder. Born fue exiliado a Escocia, pero María y Joseph siguieron trabajando con él “pro bono” a tiempo parcial.

En 1960 a María entró como catedrática de física de la Universidad de California, siendo el primer trabajo remunerado que tenía a los 54 años.

En 1963 recibió, junto a los científicos alemanes Johannes Hans Daniel Jensen y Eugene Paul Wigner, el Premio Nobel de Física por los descubrimientos sobre la estructura de las capas nucleares. María dijo “ganar el premio ha sido la mitad de apasionante que hacer el trabajo”.