Jacqueline Auriol, nacida en Challans en 1917, fue una mujer que estaba destinada a ser la gran dama de la aviación. Fue una intrépida aviadora que batió varios récords mientras criaba a sus dos hijos pequeños.
En los años 50’s, la aviación era un tema propio de hombres y Jacqueline logró superar los estereotipos y además sobresalir con sus habilidades, lo que la convirtió en una leyenda del aire.
Fue de las pilotos más rápidas del mundo y además la única mujer del Brétigny, un exclusivo centro de experimentación de aviación en Francia. Esta mujer logró pilotar más de 60 jets y 80 modelos de aviones de hélice.
Como era de suponerse, gracias a sus habilidades consiguió cientos de condecoraciones, entre las que destacan la de Gran Oficial de la Legión de Honor, la Grand Medaille de L’Aéro Club de Francia y la medalla de oro de la Federación Aeronáutica Internacional.
Gracias a la rapidez y habilidad con la que pilotaba, se ganó el apodo de Madame Tourbillon (torbellino). Y a pesar de haber logrado tantas cosas, no fue fácil conseguirlo ya que tuvo que luchar contra los prejuicios de la sociedad aristocrática y enfrentarse al machismo y a las críticas de algunas mujeres conservadoras, mismas que criticaban su profesión mientras también desarrollaba el papel de madre.
En 1949, mientras volaba tuvo un accidente donde salió sin cara y con conmoción cerebral. A partir de ese momento y durante 2 años tuvo que ser intervenida 26 veces para que los cirujanos le reconstruyeran la cara.
Tras su accidente, la gente pensó que jamás volvería a pilotar, pero contrario a esto, Jacqueline sabía que para lograr su total recuperación tenía que volver a hacerlo.
Madame Tourbillon murió a los 82 años, en el año 2000, siendo toda una heroína de la aviación.
Hermosa, inteligente, alegre, intrépida y elegante eran los adjetivos que mejor la describían. Una mujer que luchó contra diversos estereotipos, pero que nunca dejó de ser una gran madre y sobre todo nunca dejó de perseguir sus sueños. Jacqueline Auriol es un claro ejemplo de que la determinación nos puede llevar hasta el cielo.
Fuentes: