Kosovo es una región serbia, que durante siglos se ha visto rodeada de problemas políticos e intervenciones militares, internas y externas.
Durante los años de 1998 y 1999, hubo una de las guerras más significativas de su historia, pues fue el campo de batalla de una disputa entre la guerrilla separatista del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), el ejército, y la policía de Yugoslavia, disputa cuyo fin fue una bomba.
Si bien fue una guerra que duró únicamente un año, tuvo un final catastrófico –como toda guerra, no puede haber otro final– pues los bombardeos duraron 78 días, con un saldo de 500 víctimas mortales. Además, se sabe de muchos casos de mujeres que fueron violadas durante el conflicto, casos que hoy en día no terminan de resolverse.
Hasta el año pasado, muchas víctimas habían guardado silencio. Casi dos décadas después, las mujeres sobrevivientes a los abusos sexuales, han hablado y, algunas de ellas, han recibido reconocimiento jurídico, reparaciones y ayuda financiera.
Así es como el gobierno, junto con la sociedad civil y sobrevivientes, han puesto cartas en el asunto, para imponer justicia a las mujeres que sufrieron tales atrocidades y callaron por dos décadas. Se han puesto en práctica programas para ayudar a las mujeres a sentirse plenas de nuevo.
La ONU Mujeres ha trabajado con la colaboración de la sociedad civil y las autoridades kosovares, desde el año 2006, para obtener reconocimiento jurídico y ayuda financiera y psicológica, para todas aquéllas mujeres que sufrieron de violencia sexual durante la guerra. Así, en el 2014, la ley reconoció jurídicamente a todas ellas.
En septiembre del año pasado, el Gobierno de Kosovo asignó un presupuesto para el proceso de reconocimiento y verificación de la condición de cada mujer, afectada durante la guerra. Con esto, se les da a las sobrevivientes el estatus oficial de víctimas civiles de la guerra, y eso les brinda beneficios, como recibir reparaciones, incluyendo ayuda financiera, como si fueran pensiones mensuales.
“Se priorizarán el reconocimiento de la condición de la víctima y otros procedimientos (del Gobierno), respetando los plazos legales y procedimentales, y teniendo en cuenta los antecedentes personales, circunstancias psicológicas y emocionales de las sobrevivientes.” – Minire Begaj Balaj (presidenta de la Comisión del Gobierno).
ONU Mujeres ha apoyado a cien mujeres con microsubvenciones y apoyo psicosocial, pues es parte del proyecto financiado por la Unión Europea, el cual se llama «Justicia de Transición Sensible a las Cuestiones de Género». Las microsubvenciones sumaban un total de 235,000 dólares el año pasado, y han auxiliado a poner en marcha iniciativas de mujeres en Kosovo.
“Fue una guerra corta, pero para nosotros resultó muy larga… Caí enferma y tuve que tomar medicamentos para la ansiedad, durante tres años, después de la guerra… Hasta hace poco tenía miedo de salir sola y me desmayaba en cuanto veía un uniforme (militar).” – Testimonio anónimo.
Cabe destacar que en el año 2015, una artista kosovar vistió al estadio de Kosovo con 5,000 vestidos y faldas, en protesta para denunciar todas aquéllas agresiones sexuales que, en esa fecha, aún no se resolvían. Lamentablemente se calculan 20,000 víctimas, según la ONG.